Ciclo de actualización de su servidor. Nada dura para siempre. Esto es particularmente cierto en el mundo de la infraestructura de TI. Los servidores en un centro de datos sufren mucho estrés, ofreciendo un rendimiento de alto nivel durante todo el día. Finalmente, los servidores y otro hardware se desgastan o se vuelven demasiado obsoletos para proporcionar los servicios que los clientes del centro de datos demandan.
El período de tiempo entre la instalación de un servidor y el tiempo que necesita ser reemplazado se denomina ciclo de actualización del servidor. Administrar estos ciclos es crítico para mantener un centro de datos operando con la máxima eficiencia.
Tradicionalmente, el ciclo promedio de actualización del servidor era de aproximadamente cinco años, pero muchas empresas han cambiado a ciclos más cortos para mantenerse al día con los avances en la tecnología del servidor. Idealmente, reemplazar un servidor debería ayudar a mejorar la confiabilidad de la red , la capacidad de almacenamiento y la potencia de procesamiento, al tiempo que reduce el tiempo de inactividad del servidor y ahorra costos operativos. Cuando llega el momento de reemplazar servidores, hay algunas prácticas recomendadas que los proveedores de centros de datos deben tener en cuenta.
4 mejores prácticas para los ciclos de actualización de su servidor
Añadir funcionalidad
Con las nuevas innovaciones en la tecnología de redes que surgen rápidamente, cada ciclo de actualización presenta la oportunidad de agregar nuevas características y funcionalidades al entorno de un centro de datos. En algunos casos, esto podría ampliar enormemente el conjunto de servicios que una instalación puede ofrecer a sus clientes. Considere, por ejemplo, los beneficios de reemplazar servidores obsoletos con equipos de alta densidad capaces de virtualización . Esto permitiría a una instalación desplegar más servidores o procesar más solicitudes utilizando menos hardware. Simplemente reemplazar el equipo del centro de datos siempre debe verse como una oportunidad para agregar valor al expandir las capacidades de la instalación.
Mejorar el rendimiento
En el mundo de TI, permanecer en su lugar es casi peor que dar un paso atrás. Una instalación puede justificar sus limitaciones existentes al observar el análisis de costo / beneficio de reemplazar equipos. ¿Mejorar el rendimiento en un cinco por ciento vale una fuerte inversión de capital en hardware más nuevo? En la mayoría de los casos, probablemente no, especialmente si ese hardware todavía está en buenas condiciones. Pero cuando llega el momento de reemplazar el equipo de TI, tiene poco sentido hacer un movimiento lateral comprando hardware que brinde un rendimiento comparable. El nuevo hardware debe ofrecer una actualización en términos de potencia de procesamiento, memoria y velocidad, tanto para satisfacer las demandas del presente como para posicionar las instalaciones para el éxito en el futuro. Cuando un servidor llega al final de su ciclo de vida, los centros de datos deben reconocer ese momento como una oportunidad para mejorar el rendimiento. Si de todos modos se necesita un nuevo servidor, tiene sentido invertir en equipos que ayuden a que la instalación funcione mejor y reduzca el tiempo de inactividad.
No te pongas demasiado avanzado
Por otro lado, es fácil dejar que la nueva tecnología impulse las decisiones de compra. Si bien puede ser tentador optar por la última y más revolucionaria tecnología al reemplazar hardware obsoleto, esta puede ser una propuesta comercial arriesgada. La adopción de nuevos equipos innovadores puede proporcionar beneficios interesantes, pero también podría imponer costos adicionales. Quizás la infraestructura de energía y enfriamiento necesita ser rediseñado, o tal vez la nueva tecnología no sea tan confiable o intuitiva como las alternativas más ampliamente adoptadas.
Si bien los consumidores de “primeros usuarios” pueden lamentarse de gastar dinero en el “último y mejor” dispositivo, los centros de datos enfrentan riesgos mucho mayores si la nueva tecnología no ofrece todos los beneficios que esperaban. Por lo tanto, si bien una instalación siempre debe tratar de adoptar un nuevo hardware que pueda ofrecer mejores resultados comerciales, deben tener cuidado al saltar demasiado pronto las innovaciones no probadas.
Repensar implementaciones
Como cualquier profesional de TI sabe, realizar incluso cambios menores en un entorno de red puede tener consecuencias dramáticas en términos de rendimiento. Esto es especialmente cierto cuando se trata de reemplazar el hardware. La instalación de nuevos servidores puede parecer un proceso sencillo, pero es muy probable que esas unidades tengan diferentes necesidades de energía y refrigeración de las unidades que están reemplazando. Eso significa que la implementación física de esos servidores debe ser reconsiderada.
Afortunadamente, el análisis predictivo impulsado por el aprendizaje automático puede proporcionar modelos detallados que muestran lo que sucederá si se cambia algún componente de la infraestructura, lo que facilita a las ubicaciones de los centros de datos planificar nuevas implementaciones e implementarlas cuando llegue el momento. Los modelos también pueden mostrar qué otros cambios deben hacerse. Quizás un cambio a la distribución de servidores de alta densidad requerirá una revisión del sistema de enfriamiento de la instalación. Armados con este conocimiento, los expertos en TI pueden garantizar que la transición a nuevos equipos se desarrolle sin problemas.
El final del ciclo de actualización del servidor presenta una gran oportunidad para que las ubicaciones de los centros de datos mejoren sus capacidades de TI. Si bien existen algunas dificultades potenciales para este proceso, al tener en cuenta algunas de las mejores prácticas, los técnicos del centro de datos pueden mejorar en gran medida la confiabilidad y el rendimiento del sistema al tiempo que ahorran gastos de capital y costos operativos.
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